La vida es para observar
a quienes se han de admirar.
En la virtualidad debemos aceptar
que nada es para atesorar.
No quieres encontrar,
al humano arraigado al salar,
que le habla de todo su pasar.
Estás para revelarte,
a quien quiera observarte,
desde cualquier lugar y parte;
más desecharás a quien quiera utilizarte,
en ésta vida, la cual es para admirarte.
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