¿A qué rebaño queremos pertenecer?
Pensando un poco como Detemer y Peñascazo, los dos pastores.
Escribamos unas cuantas líneas y comencemos a reflexionar
desde las cúspides que hemos podido llegar.
Observemos como nuestras manos traducen nuestros pensar
y éstos logran hacer mover la mentalidad.
Con pequeños giros, entre las frases, lograremos evidenciar
como son los que están atentos a nuestro actuar.
Mientras la pilastra se colma, su extensión se podrá evidenciar.
Unos llegarán para disparar y otros para aglutinar;
en una de esas se concentrarán por bondad
y no se debe dudar que existirán los que requieran vociferar.
Luego de todo esto ¿quién se beneficiará?
Ho don Perutxo, a lo mejor he de seguir sus pasos.
Posteado por:
Héctor Quijada Olguín (Octubre 9, 2006 04:57 PM)
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