Vivimos en éste tiempo, lleno de áridos pantanos.
Caminamos entre la bruma y sorteamos mil balazos.
Estamos compungidos y a la vez asombrados
de los cálidos días, y los fríos implacables y desmembrados.
Nuestra inteligencia es verdadera y la ignorancia perecedera.
El amigo es quien, a la luz de los hechos, ve la caldera;
avisándote para que no toques los bordes de la histeria.
Melancólicos son los que todavía creen en que son inmortales.
Dichosos los que añoramos caminar entre rosales.
Espero el día en que el giro de la Tierra lo logren detener,
quienes tienen la esperanza que habrá un nuevo amanecer.
Hoy es el momento en que existo para hablar,
esperando que muchos logren, por lo menos, un murmullo mío escuchar.
lunes, febrero 27, 2006
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