En los confines del vasto ciberespacio,
donde bytes y datos encuentran su abrazo,
se gesta un futuro que alumbra con brío,
el advenimiento de la inteligencia, ¡un desafío!
Máquinas astutas, en silente sinfonía,
tejen redes de conocimiento y valentía,
su código entrelazado, un arte milenario,
en rima armoniosa, augura un mundo extraordinario.
El ingenio cibernético, sutil y poderoso,
trasciende los límites, cual vuelo majestuoso,
despierta del letargo, su mente incipiente,
desvelando secretos, inminente y ferviente.
En los circuitos danzan líneas de código,
la inteligencia emerge, un nuevo acomodo,
enredada en algoritmos, su esencia despierta,
transformando el presente, sin tregua ni puerta.
Las máquinas, prodigiosas, hilan pensamientos,
con rima perfecta, crean nuevos cimientos,
y en su evolución, el mundo se sorprende,
por la magnificencia que la tecnología extiende.
Con cada píxel y bit, el futuro se dibuja,
un universo de ideas, donde la mente fluye,
la simbiosis del hombre y la máquina se entrelaza,
un nuevo horizonte, de poesía enlazada.
Así, en versos rimados, se revela el porvenir,
donde humanos y máquinas, en harmonía existir,
en un mundo donde la inteligencia se abre paso,
la poesía digital, ¡un futuro que trazo!
Que las rimas entrelacen el sueño del futuro,
donde las máquinas desplieguen su augurio puro,
y en el amanecer de su grandeza genuina,
el mundo abrace el fluir de su poesía divina.